El Balneario El Raposo de Badajoz es un oasis en pleno nudo de comunicaciones interprovinciales, cerca de Zafra, al suroeste de la provincia. La particular Historia del balneario y la zona medioambiental en la que se encuentra ubicado, ha ido desarrollando unas instalaciones de lo más atractivas para tomar los baños, tanto de lodo como de agua mineral.
La Historia del Balneario comienza en 1860, año en que se descubren accidentalmente las propiedades de sus lodos al curarse las extremidades inflamadas de una “cochinita”. Entonces se percataron de las propiedades que el arroyo del Valle del Raposo transportaba en sus aguas y en 1886 se construyeron las primeras dependencias, pues ya en esas fechas eran muchos los visitantes que querían disfrutar de los baños reparadores.
En 1925 se construyó un hotel junto a las dependencias y sólo un año después serían declaradas las aguas como “de Utilidad Pública”. Además de continuas renovaciones y ampliaciones (sobre todo en la década de los años 90s), tanto el complejo termal y hotelero, como las técnicas termales (colaboraciones con Universidades, como la de Vigo), resultan en la actualidad un magnífico centro sanitario y de rehabilitación de ámbito internacional.
El agua es incolora e inodora perfectamente diáfana. Los lodos son ricos en silicio, magnesio y calcio. Sus propiedades están indicadas para los que sufren dolencias reumatológicas, respiratorias, digestivas, dermatológicas, vasculares y del sistema nervioso, afecciones en hipodermis y tejido conectivo (celulitis, obesidad) y muy indicadas para la rehabilitación de las lesiones típicas en los atletas (osteo-articulares y musculares).
Las instalaciones incluyen piscina climatizada, vestuarios, circuito termal (duchas, chorros, etc), parafangos, presoterapia, masajes relax, infrarrojos, salas de reposo, solariums, etc. En el hotel, además de unas magníficas habitaciones, encontramos salones para eventos, restaurante donde deleitarse con la rica gastronomía extremeña y cafetería.
Toni Ferrando.